La Amada
Yo duermo, pero mi corazón vela: (expresividad)
1
Oigo a mi amado que
golpea.
“¡Ábreme, hermana mía, mi
amada,
paloma mía, mi preciosa!
Porque mi cabeza está
empapada por el rocío 5
Y mi cabellera por la
humedad de la noche”.
“Ya me quité la túnica,
¿cómo voy a ponérmela de
nuevo?
Ya me lavé los pies,
¿cómo voy a ensuciármelos?” 10
Mi amado pasó la mano
Por la abertura de la
puerta,
Y se estremecieron mis entrañas
.
Me levanté para abrirle
a mi amado,
Y mis manos destilaron
mirra, 15
Fluyó mirra de mis
dedos,
Por el pasador de la
cerradura.
Yo misma le abrí a mi
amado,
Pero él ya había
desaparecido.
¡El alma se me fue
detrás de él! 20
¡Lo busqué, y no lo
encontré,
Lo llamé y no me
respondió! (…)
¿Qué tiene tu amado más que
los otros,
Tú, la más hermosa de las
mujeres?
¿Qué tiene tu amado más que
los otros 25
Para que nos conjures de
esa manera?
La Amada
Mi amado es apuesto y
sonrosado,
Se distingue entre
diez mil.
Su cabeza es un lingote de oro puro,
(comparación) 30
Sus cabellos son ramas de palmera,
Negros como un cuervo.
Sus ojos son dos palomas
junto a una corriente de agua,
que se bañan en leche 35
y se posan sobre un estanque.
Sus mejillas son canteros perfumados,
Almácigos de hierbas aromáticas.
Sus labios son lirios
Que destilan mirra pura. 40
Sus manos, brazaletes de oro,
Adornados con piedras de Tarsis.
Su vientre, un bloque de marfil,
Todo incrustado de zafiros.
Sus piernas, columnas de alabastro, 45
Asentadas sobre bases de oro puro.
Su aspecto es como el Líbano, (símil)
Esbelto como los cedros.
Su paladar rebosa dulzura
Y todo en él es una
delicia.
50
Así es mi amado, así
es mi amigo,
Hijas de Jerusalén.
EJERCICIOS
1. El
recurso literario que se reitera significativamente es la metáfora. Desde el
verso 30 hasta el 49 podemos observar cómo abunda este recurso.
2. Tema: La adoración
de la Amada a su Amado.
3. El texto
se puede separar en distintas modalidades. Las presentes en él son la
dialógica, narrativa y descriptiva. Esta última es la más abundante, puesto que
abarca los versos 27-52. En ella vemos claramente la descripción que realiza la
amada sobre su amado, al cual admira y del cual está locamente enamorada: “su
cabeza es un lingote de oro puro”, “sus ojos son dos palomas”, etc. La
dialógica, que se centra en la conversación entre dos personajes, está dividida
en dos partes: la primera es la conversación que mantienen los amados:” ¡Ábreme
hermana mía, mi amada…!” (3-10), y la segunda entre la amada y las “hijas de
Jerusalén”: “¿Qué tiene tu amado más que los otros…?”. Por último, nos podemos
encontrar con el relato de los hechos a través del uso de la modalidad
narrativa: “Lo busqué y no lo encontré…”. Este va de los versos 1-2 y del 11-22.
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