sábado, 12 de noviembre de 2016

EL CANTAR DE LOS CANTARES

La Amada

Yo duermo, pero mi corazón vela: (expresividad) 1

Oigo a mi amado que golpea.

“¡Ábreme, hermana mía, mi amada,

 paloma mía, mi preciosa!

Porque mi cabeza está empapada por el rocío 5




Y mi cabellera por la humedad de la noche”.

“Ya me quité la túnica,

¿cómo voy a ponérmela de nuevo?

Ya me lavé los pies,

¿cómo voy a ensuciármelos?” 10

Mi amado pasó la mano

Por la abertura de la puerta,

Y se estremecieron mis entrañas
.
Me levanté para abrirle a mi amado,

Y mis manos destilaron mirra, 15

Fluyó mirra de mis dedos,

Por el pasador de la cerradura.

Yo misma le abrí a mi amado,

Pero él ya había desaparecido.

¡El alma se me fue detrás de él! 20

¡Lo busqué, y no lo encontré,

Lo llamé y no me respondió! (…)

¿Qué tiene tu amado más que los otros,

Tú, la más hermosa de las mujeres?

¿Qué tiene tu amado más que los otros 25

Para que nos conjures de esa manera?

La Amada

Mi amado es apuesto y sonrosado,

Se distingue entre diez mil.

Su cabeza es un lingote de oro puro, (comparación) 30

Sus cabellos son ramas de palmera,

Negros como un cuervo.

Sus ojos son dos palomas

junto a una corriente de agua,

que se bañan en leche 35

y se posan sobre un estanque.

Sus mejillas son canteros perfumados,

Almácigos de hierbas aromáticas.

Sus labios son lirios

Que destilan mirra pura. 40

Sus manos, brazaletes de oro,

Adornados con piedras de Tarsis.

Su vientre, un bloque de marfil,

Todo incrustado de zafiros.

Sus piernas, columnas de alabastro, 45

Asentadas sobre bases de oro puro.

Su aspecto es como el Líbano, (símil)

Esbelto como los cedros.

Su paladar rebosa dulzura

Y todo en él es una delicia. 50

Así es mi amado, así es mi amigo,

Hijas de Jerusalén.













EJERCICIOS

1.  El recurso literario que se reitera significativamente es la metáfora. Desde el verso 30 hasta el 49 podemos observar cómo abunda este recurso.

2. Tema:  La adoración de la Amada a su Amado.

3. El texto se puede separar en distintas modalidades. Las presentes en él son la dialógica, narrativa y descriptiva. Esta última es la más abundante, puesto que abarca los versos 27-52. En ella vemos claramente la descripción que realiza la amada sobre su amado, al cual admira y del cual está locamente enamorada: “su cabeza es un lingote de oro puro”, “sus ojos son dos palomas”, etc. La dialógica, que se centra en la conversación entre dos personajes, está dividida en dos partes: la primera es la conversación que mantienen los amados:” ¡Ábreme hermana mía, mi amada…!” (3-10), y la segunda entre la amada y las “hijas de Jerusalén”: “¿Qué tiene tu amado más que los otros…?”. Por último, nos podemos encontrar con el relato de los hechos a través del uso de la modalidad narrativa: “Lo busqué y no lo encontré…”. Este va de los versos 1-2 y del 11-22.


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