Ya
de vuelta de las tan ansiadas vacaciones de navidad, nos sumergimos en “Cándido”,
de Voltaire, para hacer una reflexión acerca de “cultivar nuestra huerta” y de
la pregunta: ¿vivimos en el mejor de los mundos posibles?”.
En
clase hemos estado viendo cómo la oración primera puede tener distintos
significados y apreciaciones, desde los más literales hasta los más “libres”.
Personalmente, recogí esa afirmación como algo más bien literal. Para mí se
pretende resaltar la constancia en el trabajo en el campo, que tan sacrificado
es, para poder seguir disfrutando de los placeres que este pueda aportar.
Por
otro lado, debatimos sobre si vivimos en el mejor de los mundos posibles. La
inmensa mayoría de nosotros estaba de acuerdo en que esto no era así, puesto que
la perfección es inalcanzable; siempre van a haber desperfectos o cosas que
echemos en falta. Relacionándolo con el texto, Pangloss afirma que viven en el
mejor de los mundos posibles porque disfrutan de “confite de cidra y
pistachos”, pero Cándido decide ir más allá y advertir a su amigo de que su
deber es seguir manteniendo ese “mundo” para no verse en una situación peor en
un futuro.
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